20060705

Apuntes de para una Sonata Burocrática de Raúl Ortega Ayala


Londres, Inglaterra.- Haciendo un recorrido por algunas galerías londinenses he venido a dar a la Rokeby Gallery, ubicada en Store Street, en donde el artista mexicano Raúl Ortega Ayala (Ciudad de México, 1973), exhibe Sonata Burocrática, una mezcla que versa en el trabajo de una oficina cualquiera.

El arte de Ayala se enfoca en una variedad de temas que oscilan en lo habitual —el entorno inmediato—, haciendo investigaciones formales muy detalladas de los materiales —inmersiones él las llama—. Es en ese sentido que este artista necesita experiencias y elementos encontrados para producir ‘souvenirs’ como componentes de series en las que el mundo de las oficinas, la comida o la jardinería se convierten en preocupaciones estéticas. Su más reciente exhibición da cuenta de ello y lo integra en el mainstream del arte mundial.

Su intervención en espacios en los que cifra sus discursos hacen de su más reciente entrega un índice que revela su fascinación por lo materiales comunes del medio ambiente burocrático.

Dentro de la exhibición hay una pieza llamada All for Love/Todo por Amor que no está estrictamente integrada a la serie Sonata Burocrática, sin embargo dilucida parte del proceso de trabajo de Ayala, como una especie de preludio de ésta.

Y es que por mucho años este artista apareció como extra en telenovelas y programas de la televisión mexicana. Es así como se integra en diferentes ambientes o submundos, pero en este caso es lo que él define como una “inmersión efímera del pasado”.

La piezas Sarah Welsh and Last Supper/La Última Cena de Sarah Welsh es parte de otra series titulada Foodstuff/Sniffing glue, relacionada con la intervención estética con la comida.

Las piezas de la Sonata Burocrática están hechas de impulsos similares a los anteriores ejemplos. Es posible encontrar tanto esculturas, video, fotografías, instalaciones y dibujos a partir de elementos como post it’s, persianas, ligas, clips, sobres, sillas, lámparas, lápices, tazas y escritorios, tanto domésticas como intervenciones a gran escala —hay una fotografía de la Aviva Tower, en donde las luces de cada una de sus oficinas fueron intervenidas para crear un dibujo monumental ya sea abriendo o cerrando las persianas.

Radicado en Londres, Inglaterra el artista habló para MUJERES de los procesos que lo han llevado a formar parte de un círculo reducido de artistas que apuesta por ser ciudadanos del mundo y crear fuera de cualquier impostura o regionalismo.

Todo comenzó, dijo, como una búsqueda, “una divagación para mejor representar mi obra, para entender lo que quería hacer. Eso me llevó a tomar la decisión de estudiar una maestría en el extranjero, en la Glasgow School of Art y el Hunter College, Nueva York, EUA. Esa fue una de las mejores experiencias que he tenido profesional y personalmente hablando”.

Fue un reto, aseguró, llegar ahí, “únicamente con mi trabajo y sin conocer a nadie y sin conexiones, con sólo mi trabajo como respaldo”.

Para Ayala al trabajar con temas o experiencias universales le hizo más sencillo desprenderse de los fantasmas regionales o nacionales. “Mis temas suceden en todo el mundo, pero evitando la aproximaciones geográficas”.

Y es que, sostuvo, “México es muchos méxicos, un México de tradiciones pero también moderno y contemporáneo, que funciona dentro del bloque mundial y con temas globales”. En ese sentido hay muchos artistas mexicanos que han hecho que su obra sea vista por lo es, no por su mexicanidad, “porque tenemos el lastre de Frida Kahlo, Diego Rivera y toda la escuela mexicana, que en el momento que se dio fue muy sano para el arte porque trataba de encontrar una identidad, pero pasado el tiempo y luego de la generación de la ruptura, ya no es necesario justificar la mexicanidad en el arte, uno puede ser mexicano pero no es necesario probárselo a nadie”.

A pesar de que su separación de un discurso nacional no fue un proceso consciente, Ayala es, dijo, simplemente parte de una generación de mexicanos que no sólo tienen esa influencia, sino muchas más; “somos una generación universal pero que también entiende los problemas sociales, sin embargo, no me interesa manifestarlos a través de mi obra”.

Sostuvo que al final de cuentas encontró un proceso, una forma de trabajo que le funciona: “meterme en el tema al 100%, ver películas, leer libros, hablar con especialistas, pero eso a veces no es suficiente, entonces para ahondar en ellos se busca “una chamba” que en cierto sentido le permite meterse de lleno al día con día de un tema en específico.

De eso tratan sus exhibiciones, son el resultado de procesos de inmersión, en este caso el mundo corporativo, de oficinas.

Ahora trabaja como jardinero en Londres, con la intención de hacer una serie usando ese tema. “Pero no se trata de hacer visitas ocasionales o de una forma semiburguesa para trabajar en el mundo de la jardinería y del arte al mismo tiempo, no, porque lo hago en serio, pago mi renta y como con el dinero que me pagan haciendo ese trabajo. El resultado de este trabajo se presenta en enero de 2007 en la Laura Bartlett Gallery, en Londres, Inglaterra.

Ayala se formó como artista visual en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” y estudió Ciencias Culturales en El Claustro de Sor Juana, Filosofía en La Universidad Nacional Autónoma de México, e hizo una maestría en Arte en la Glasgow School of Art y el Hunter College, Nueva York, EUA. Actualmente su trabajo se puede ver en México en la Galería Enrique Guerrero.

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