20080528

No lo tomes personal, de Fernando Lobo


Luego del extraordinario Relato del suicida (Almadía, 2007), donde se plantean los derroteros y las órbitas filosóficas por las que transita el profesor Tadeus Jiménez con la firme convicción de quitarse la vida, Fernando Lobo (Ciudad de México, 1969) publica No lo tomes personal (Mondadori, 2008), una novela con un ritmo implacable pero con la misma carga de reflexiones filosóficas en torno al vértigo que los abismos provocan.
Justo cuando me percato que mi cuenta de yahoo ha sido desactiva sin razones aparentes, topo con No lo tomes personal y descubro el mundo, a simple vista soterrado, de los hackers. Y es que la novela arranca justo cuando Jose — descendiente de españoles refugiados en México durante el régimen franquista—, decide, luego de un desperfecto en su auto que lo obliga a detenerse en medio del tráfico de Avenida Cuauhtémoc—, que para salir de la ignominia y dejar atrás el lucrativo negocio de clonación de tarjetas de crédito con el que se ha ganado la vida desde hace no mucho tiempo, tiene que dar un gran golpe: “Un solo golpe, un golpazo, un verdadero desfalco, mucho dinero y no trabajar nunca más…” La historia transcurre lineal con breves flashbacks que nos ayudan a comprender la psicología de los personajes que, dicho sea de paso, Lobo hace que uno llegue a realmente a apreciarlos y solidarizarse con sus ideas y convicciones. Temas como la globalización, la publicidad, la tecnología cibernética, el fraude, la traición y la componenda pueblan las páginas de No lo tomes personal a una velocidad vertiginosa en la que, si bien de pronto encontramos pasajes donde el lector puede dudar de los hechos, el autor no da tiempo de reparar en ellos cuando ya está arrojando nuevas y viejas realidades que apuntalan lo narrado y, al mismo tiempo, arrojan sentencias que el sistema y la sociedad mexicana validan. Es así como vemos que la vida cómoda de la metafísica Larisa, que se desempeña como publicista, da un giro vertiginoso tras ser una de las muchas víctimas de tarjetas clonadas de Jose, Paloma y su hermano Mario, un adolescente adicto a la cocaína y los video juegos, que sabe desarmar y volver armar su pistola Mágnum en un tiempo record. Además del entrañable Jose, quien siempre viste chamarra de piel y camisa de seda, en la novela circulan Calvin Estrada, el maestro de la burbuja cibernética, el Gus, el Gólem y el Tuit, todos personajes cargados de un humor socarrón que nos llevan por nuevas vertientes del socorrido realismo sucio. En fin, No lo tomes personal nos muestra la otra cara de la moneda, esa que jamás encontraremos en los noticiarios o en los rotativos, pero que sin duda palpamos todos los días, sólo que a diferencia de otros autores que han cosechado fama en el género, Lobo nunca se queja de vivir en la Ciudad de México ni de sus habitantes, sus apuntes van más arriba.

20080526

Las dos amigas y el envenenamiento, de Alfred Döblin

Basada en un proceso altamente publicitado por los medios impresos en los años 20, Las dos amigas y el envenenamiento (Acantilado, 2007) —publicada por primera vez en 1924—, narra el crimen perpetrado por una mujer (Elli) en contra de su marido (Link), luego de que éste le infringiera una serie de maltratos y ultrajes que terminaron por inocular en ella un sentimiento malsano. Como resultado Elli —a quien el autor describe como una muchacha hermosa, de franqueza inofensiva, juguetona y alegre, que antes de casarse se divertía provocando a los hombres—, se refugia, primero emocional y luego físicamente, en la esposa (Grete Bende) de un amigo de Link.
En la obra —dividida en 5 partes: una que cuenta la historia de modo novelesco, un epílogo escrito por el autor, un par de análisis sobre la grafía de ambas mujeres y un postfacio de Jochen Meyer— Döblin logra diseccionar la psicología de lo que aparentemente fue un crimen motivado por el maltrato y el enamoramiento mutuo de las dos mujeres. No obstante, cabe mencionar que tanto en la novela como en los diagnósticos posteriores los nombres fueron cambiados por el mismo Döblin.
El autor alemán —nacido en Stettin, Pomerania, lo que actualmente se conoce como Szczecin, en Polonia, aunque siendo aún un infante se trasladó a Berlín—, basó la escritura de Las dos amigas y el envenenamiento en notas periodísticas, en 600 epístolas —que se enviaban Elli y Grete para ponerse al tanto de lo ocurrido en sus respectivos hogares y profesarse un amor a prueba de todo, pretexto, dicho sea de paso, en el cual la futura homicida se ampara para administrar arsénico en la comida de su marido— y varios estudios psiquiátricos, hechos por Döblin y otros tantos de especialistas que participaron en el esclarecimiento de las patologías de ambas mujeres en el juicio que se llevó a cabo una vez que se hizo público el caso.
La obra da poco espacio al lector para sacar conclusiones al respecto, puesto que el mismo autor va apuntalándola con sus propias teorías, sin embargo goza de excelentes trazos narrativos y gran crudeza. Basta decir que en el epílogo el mismo Döblin asegura que “la mayoría de las interpretaciones psicológicas no son sino literatura novelesca” y que para entender ciertos términos fáciles dentro de la historia, tal cual él la conoció en las actas, las notas periodísticas y el archivo epistolar, fue preciso reconocer “los verdaderos motores de estos casos”, es decir a los personajes que participaron en esta historia. Razón que lo llevó a recorrer las calles donde los hechos tuvieron lugar, así como la taberna donde las mujeres se conocieron y la casa de una de ellas. “No me proponía realizar un vulgar estudio del entorno social. Sólo tenía una cosa clara: que no se puede comprender la vida o un capítulo de la vida de un individuo fuera de su contexto”. Döblin, aparte de poeta, novelista y militante comunista, fue un psiquiatra reconocido que siempre estuvo a favor de los aportes de Sigmund Freud cuando en su tiempo muchos los cuestionaban. Y si bien el caso de Las dos amigas y el envenenamiento resulta ser un mero pretexto para este y otros tantos apuntes que arrojan un poco de luz para conocer y entender los motores del comportamiento humano, la obra también abunda en la psicología de la muerte y las pasiones, convirtiéndola en una novela policíaca de altura o en un reportaje de fondo. Otras obras de Alfred Döblin son Berlín Alexanderplatz, No habrá perdón, La tierra sin muerte, El tigre azul y Noviembre 1918. Más sobre Alfred Döblin.

Aquí un poco de la película Berlín Alexanderplatz