20051031

Boleto a Mictlán

Boleto a Mictlán
(Declaración de principios para abrir una caja de Pandora)


…Y un deseo de volver a lo informe brota incesante.
Hay mucho que defender. Hay que ser fieles.
—Friedrich Hölderlin


I. Celebre bajo cualquier pretexto

Que un grupo de artistas, muchos de ellos avecindados, promuevan en Oaxaca la colectividad usando como excusa el ritual que los mexicanos acostumbramos a la muerte, no sólo muerde la fruta paciana: “Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos”, sino que, al mismo tiempo, intenta desentrañar el gran aparato sistemático que dicta el pulso del arte en su accidentada geografía, al incluir en esta muestra atisbos en masa pero independientes o independizados, y por añadidura irreverentes a todo lineamiento.

II. Destruya los puentes

Boleto a Mictlán es, entonces, una suma de parábolas insurrectas que rastrean acaso la circunferencia de un círculo cualquiera, porque aquí no existen las líneas rectas: “Es preciso destruir el propósito de todos los puentes para vestir de alienación el paisaje de todas las tierras” —sentencia el portugués de los heterónimos—, sin embargo, ya sin puentes y con el paisaje intervenido, la colectividad artística como fundamento promueve el diálogo interdisciplinario, a través del intercambio conjugado para proyectar la unidad de un pequeño universo desterrado del orden.

III. Zoom de retina

En esta conjunción de espacios independientes, donde se hiperboliza en el ojo ajeno, en una suerte de fenomenología, el sadismo de hacer tropezar la mirada y las manos con los elementos, la materia y el color; es decir, las experiencias, se clausuran las vías de análisis de la fauna snob, quedando sólo diminutos golpes de retina: un zoom in a lo profundo en el que las piezas no son más de aquellos que las crean y re-crean constantemente, sino de la colectividad de los que las experimentan —porque el arte tiene carácter de experiencia y no de resultado.

IV. Contemple y libere las distancias

La noción de masa es de suma importancia para comprender el arte actual, pues desde principios del siglo pasado propone reflexionar en torno a la producción, transmisión y recepción haciendo posible la subjetividad proyectada mediante la contemplación. La masa es, pues, una temporalidad completamente diferente a la cronológica, donde todas las distancias métricas y abstractas entre individuos se derrotan, y los participantes devienen próximos. Canetti asentó en Masa y Poder: “Sólo todos juntos pueden liberarse de sus cargas de distancia”. Y eso es exactamente lo que ocurre en Boleto a Mictlán, se posibilita una descarga tal que elimina toda separación, generando así, una sensación de igualdad y alivio.

V. Use y abuse

Y en este ejercicio colectivo están, en una suerte de caja de Pandora, infinitas miradas y voces que atestiguan y declaran la creación como ejercicio continuo, dispuestas a los “usos y abusos” de la experiencia adquirida y de la venidera —como apuntó Ortega y Gasset—, de la experiencia vuelta arte, siempre abierta, una posibilidad de encontrar el boleto para el viaje eternamente cíclico que nos lleva y trae de Mictlán: “vida, muerte y resurrección, estadios de un proceso cósmico”, decían los antiguos mexicanos, quienes adoraban a Mictlantecutli: “Señor del Infierno”, dios de la muerte y del reino de la maldad y de las sombras, a quien acuden las almas de los hombres después de su morada mortal.

* (Datos relevantes para saber si uno está muerto)

Poco después de la muerte se producen ciertos cambios secundarios. Observe si el algor mortis o enfriamiento del cuerpo se realiza en condiciones ordinarias a razón de un grado por hora; o si presenta rigor mortis o rigidez de los músculos que generalmente se inicia en los músculos voluntarios dentro de las doce primeras horas y cesa a los tres o cuatro días; probablemente es consecuencia de un cambio químico caracterizado por la precipitación de las proteínas a medida que los músculos se tornan más ácidos. Fíjese en el color de su piel, pues como la sangre se detiene en ciertas partes, algunos tejidos adquieren un color rojo, fenómeno denominado livor mortis, además la sangre se coagula y la córnea de los ojos se seca, vitrifica y arruga. El último, aunque el más perceptible de los datos, es la putrefacción, proceso por el cual los tejidos del cuerpo se descomponen en elementos químicos simples…

Askari Mateos